"El ecoturismo se ha convertido en una herramienta de lucha contra la pobreza y defensa de nuestro territorio. Los pueblos indígenas tenemos emprendimientos que se conocen como turismo comunitario, que corren riesgo con la represa que el Gobierno quiere construir en el angosto Chepete”, alerta Alex Villca, cofundador de Madidi jungle Ecolodge, un emprendimiento de turismo comunitario que desarrolla en su comunidad San José de Uchupiamonas.
San José es un poblado tacana- quechua que se encuentra en el Parque Madidi, una de las áreas protegidas amenazadas por la construcción de la represa Chepete, en el marco del proyecto de la hidroeléctrica Chepete-El Bala, que el Gobierno tiene planeado llevar a cabo en la provincia Franz Tamayo de La Paz. Pilón Lajas es otra reserva natural que corre riesgo si el embalse se concreta, según los indígenas.
Esas dos reservas naturales albergan al menos 15 experiencias de ecoturismo, de las cuales, más de las mitad, son administradas por los pueblos indígenas Uchupiamonas, tacanas y tshiman-moseten.
Desde hace más de 20 años estos indígenas se organizan y capacitan "para atender con calidad a turistas exigentes de mediano a alto poder adquisitivo”.
"Nos hemos adaptado para prestar ese servicio, que pasa por compartir nuestro conocimiento del bosque y del río, mostrar nuestras formas de supervivencia y nuestra gastronomía. En San José de Uchupiamonas 30 jóvenes hablan inglés para atender a los turistas”, afirma Alex Villca.
Cada año, el Madidi y Pilón Lajas reciben alrededor de 10.000 turistas, nacionales y extranjeros, que llegan atraídos por los bellos paisajes de las reservas y su gran diversidad de plantas y animales, en algunos casos especies silvestres únicas.
Los pueblos indígenas y las empresas que desarrollan el ecoturismo en estas zonas lograron que el Madidi figure entre los 20 destinos turísticos del mundo sostenibles; es decir, que usa de manera adecuada sus recursos naturales para legarlo a las futuras generaciones.
"Ser sostenible implica que las actividades económicas que se realizan dentro de una reserva natural sean respetuosas con las culturas locales y amigables con su recursos naturales”, explica Eddy Tellez, operador de turismo que trabajó en El Chalalán y San Miguel de El Bala, dos experiencias exitosas de ecoturismo en el Madidi.
Valentín Luna, presidente de Mancomunidad de comunidades, advierte que si la represa Chepete se concreta, su comunidad, dedicada al ecoturismo, "perderá su futuro”. "Nosotros creíamos que esto de las reservas duraría años, pero parece que no será así. Cuando comience la construcción seguramente sufriremos un desalojo porque nuestro territorio será inundado”, expresa.
"El jaguar, el mono-araña, la alondra gigante de río, muy particulares de la selva amazónica no podrán sobrevivir a una presión del desarrollo”, asegura Villca.
Maquinaria en Chepete
Y los temores de los pueblos indígenas que están dentro el Madidi y Pilón Lajas parecen estar bien fundados. Al angosto Chepete han llegado maquinaria y trabajadores de Geodata, la empresa italiana contratada por el Gobierno para realizar el estudio a diseño final de la hidroeléctrica Chepete- El Bala. "Geodata está haciendo los estudios de calidad de suelo y perforaciones. En los próximos días piensa trasladarse al estrecho El Bala, que es el segundo componente del proyecto. Estamos en vigilia permanente”, advierte Domingo Ocampo, secretario general de la comunidad Torewa y dirigente de la Mancomunidad de comunidades. La vigilia de los indígenas busca impedir que Geodata traslade su equipo por el río Beni.
Domingo Ocampo está convencido que las presas Chepete y El Bala inundarán las 17 comunidades que forman parte de su mancomunidad.
Ni él ni sus compañeros recibieron información concreta sobre el proyecto, pero tienen el antecedente de lo que ocurrió con el ingenio azucarero en San Buenaventura, a cuatro horas de Chepete, aproximadamente.
"Salieron denuncias en los medios de comunicación sobre el tráfico de 800 colmillos de jaguar por parte de ciudadanos chinos que llegaron a trabajar al ingenio. No nos imaginamos la fauna y flora que se perderá cuando lleguen a trabajar aquí. Cuando hagan la apertura de caminos vendrán los taladores de árboles y se perderá la riqueza y diversidad natural que nos ha colocado entre los destinos turísticos del mundo sostenibles”, lamenta Alex Villca.
Gobierno: Sólo afectará 0,79% de parques
El 27 de julio, el Gobierno y la empresa italiana Geodata suscribieron un contrato para la elaboración de un estudio a diseño final del proyecto hidroeléctrico Chepete-El Bala, que, de acuerdo a información oficial, tendrá una inversión de 6.000 millones de dólares y generará 3.676 megavatios (MW).
El estudio demandará una inversión de alrededor de 15 millones de dólares. Geodata, que realizó el proyecto de identificación del proyecto, debe entregar el estudio de diseño final en 15 meses (2017).
Según el ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, los estudios encargados por el Gobierno establecieron que el proyecto afectará sólo en un 0,79% a las reservas nacionales Madidi y Pilón Lajas.
Precisó que considerando que el parque Pilón Lajas copa una superficie de 3.859 kilómetros cuadrados y el Madidi 18.810, se verán afectados sólo 180 kilómetros.
Añadió que el proyecto permitirá controlar las inundaciones y la emisión de gases invernaderos.
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