Realmente Dios le dio a Bolivia un regalo maravilloso, llamado naturaleza. El detalle es que ni los propios oriundos de este país conocemos los prodigios existentes.
En el imaginario de nuestra mente viajemos a un lugar fascinante denominado como el Valle de los Cóndores, se encuentra en el departamento de Tarija, en el municipio de Padcaya, muy próximo de la frontera con la República de la Argentina y a 60 kilómetros al Sur de la Chura Tarija Capital.
Una de sus características principales, es que este valle se encuentra en un piso ecológico que conecta el altiplano con el subtrópico. Pero ahí no termina lo bonito por el paisaje que se tiene, sino que en el lugar existe un ser emblemático que por siglos ha dominado ese territorio, aquel personaje es el cóndor.
Este sitio es considerado como un santuario natural donde se encuentra la mayor reserva de esta especie en el mundo. Estas aves imponentes con su presencia llegan a medir hasta cinco metros de envergadura. Asimismo, el pintoresco panorama les permite vivir en parejas y criar a sus retoños, desde que engendran el huevo.
Para llegar allá se debe ir hasta el municipio de Padcaya y luego diez minutos más por un camino de tierra hacia las comunidades de Rosillas y San Francisco.
Posteriormente, la naturaleza invita a caminar por un paisaje indómito que hipnotiza al visitante, caminar en medio de vegetación, rocas y desolación, teniendo como compañía la neblina que hace ver como si el turista estuviese entre el cielo y la tierra.
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