Los aromas y los sabores de Tarija buscan ser bien reconocidos gracias al recorrido de las rutas gastronómicas que está impulsando la Organización de Gestión Destino Tarija (OGD), el Movimiento de Integración Gastronómico Boliviano (MIGA) y el proyecto Tarija, aromas y sabores, de la Fundación Autónoma Tarija y Potosí (Fautapo).
En este nuevo circuito están incluidas cerca de 30 personas, que no solo han sido capacitadas en la elaboración e innovación de sus productos, sino también en todo lo referente a administración y sanidad alimentaria.
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La ruta gastronómica Cercado-Uriondo se inicia con el desayuno. En el mercado El Molino, uno de los más legendarios de Tarija, doña Pastora Borda, junto a un grupo de mujeres, invitan a degustar una bebida muy tradicional, como es el api, acompañado de los deliciosos pasteles (empanadas de queso).
El recorrido continúa en la iglesia de San Roque. Allí se encuentra un grupo de señoras, como doña Elodia Fernández y doña Florentina Cardozo, que hace más de 30 años se han asentado en el lugar para vender sus típicas empanadas de lacayote blanqueadas.
A unos pasos y para acompañar estas masitas está la aloja de maní con uvas pasas, que prepara la señora Elvira Gonzales desde hace más de 24 años. También es posible tomar una refrescante agua de coco o refrescos de quirusilla, piña, linaza o chicha de soya.
Valle de la Concepción
La ruta prosigue fuera de la ciudad, en el Valle de la Concepción. La bodega de Parascocha es una visita obligada, donde no solo se puede dar un paseo por los viñedos, sino también admirar la gran cantidad de árboles frutales y la casa de campo con su horno de barro.
Don Samuel Gallardo, el propietario, y su hermano, David, tienen preparado un manjar con las exquisitas mermeladas de locoto, de durazno y de membrillo, además de los higos deshidratados. Los niños envueltos en hojas de parra, el vino y el singani, de su producción, causan sensación entre los visitantes.
Uriondo
La casona, una de las casas más antiguas de Uriondo, es la próxima parada, donde su propietaria, Lidia Romero, junto a su esposo, Osman Ruiz, y su hermana, Silvia, además de sus hijos y sus sobrinos, esperan a los visitantes con los platos típicos de Tarija. En el almuerzo no puede faltar el saice tarijeño, la arvejada, el chicharrón de chancho y la sopa de gallina criolla. El pan casero y las masitas son otra de sus especialidades.
La Heredad de Jacob
En la Heredad de Jacob, un paraíso terrenal, se preparan las más churas chirriadas (especie de panqueques). Mientras doña Marina Vilca las elabora, don Miguel Pastrana junto con su hija, María, hacen una demostración de sus dotes para la cueca. Luego invita un poco de la producción de un vino artesanal. Los domingos espera a los visitantes con el tradicional chancho a la cruz, con cantos y la rueda chapaca.
El recorrido finaliza en la bodega de doña Chela. Griselda Quiroga, la dueña, es reconocida en el lugar por los deliciosos vinos y singanis artesanales, que elabora desde que tiene uso de razón, ya que ella heredó el oficio de sus padres y ahora trabaja junto con sus hijos.
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