lunes, 30 de diciembre de 2024

El salar más grande del mundo recibe a miles de turistas para el fin de año en Bolivia

 Uyuni (Bolivia), 29 dic (EFE).- A más de 3.600 metros sobre el nivel del mar, el desierto de sal más grande del mundo, el salar de Uyuni, tiene una extensión de 10.582 kilómetros cuadrados y es uno de los destinos favoritos de miles de personas para hacer turismo en Bolivia.

Anastasio, un guía de turismo local de la región andina de Potosí, indicó a EFE que "la sal se asienta en el suelo en la época seca y el desierto se torna blanco y parece cubierto por nieve", visión que es apreciada por los visitantes que toman fotografías y vídeos, especialmente al atardecer.

Al desierto solo se puede acceder con vehículos todoterreno, y en sus orillas están los hoteles construidos con bloques de sal y un parque con esculturas de sal, uno de los sitios preferidos de los turistas, según el guía.

Colchani, una pequeña población con escultores y recolectores artesanales de sal, está en la entrada del desierto, ahí funciona la fábrica de sal más grande de la región, y se estima que extrae más de 20.000 toneladas del mineral al año, en su mayoría para consumo humano.

Otro sitio predilecto por los turistas es el "Cementerio de trenes" de Uyuni, en donde decenas de locomotoras del siglo pasado se oxidan abandonadas a la intemperie.

Los pobladores afirman que en esa localidad se construyó la primera línea ferroviaria de Bolivia durante la bonanza industrial de la región en 1889.

En la actualidad los trenes y sus vagones están abandonados, pero los visitantes los aprecian y se toman fotografías encima de las estructuras.

Uno de los atractivos del lugar son las fotografías ilusorias. Con un juego de perspectivas por el horizonte que parece "infinito" los turistas se toman fotografías con dinosaurios o llamas de juguete, "el juguete se ve grande y las personas pequeñas, parecen que los están montando", indicó Anastasio.

El fenómeno favorito de los turistas es el "efecto espejo", que se crea en la época lluviosa del año, aunque en este diciembre ha llovido poco y los visitantes no han podido disfrutarlo.

El "efecto espejo" en el salar de Uyuni se debe al desborde de los lagos cercanos en la época de lluvia, esto crea una capa de agua que se extiende por todo el desierto de sal que refleja la luz y crea la ilusión de un cielo infinito, ideal para crear las imágenes favoritas de los turistas.

 El litio del salar

El salar de Uyuni también está considerado como una de las mayores reservas mundiales de litio, un mineral altamente valorado para la fabricación de baterías y almacenamiento de energía, entre otros usos.

Según la estatal Yacimiento de Litio Bolivianos, el país posee la primera reserva mundial de litio al haber pasado de 21 a 23 millones de toneladas.

El 13 de diciembre de 2023 se inauguró una planta industrial, ubicada en el municipio de Colcha K en Potosí, y se anunció que produciría 15.000 toneladas métricas de carbonato de litio por año y cuya inversión inicial fue de 669 millones de bolivianos (96 millones de dólares), aunque hasta la fecha no ha producido lo esperado.

Asimismo, en septiembre, la empresa rusa Uranium One Group firmó un contrato con la estatal YLB para construir una planta de extracción directa y carbonatación de litio en el salar, en la que se espera invertir unos 950 millones de dólares y con la que buscan obtener unas 14.000 toneladas anuales del mineral. 

El salar más grande del mundo recibe a miles de turistas para el fin de año en Bolivia

salar de uyuni

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sábado, 28 de diciembre de 2024

El flujo turístico disminuye de 1,5 millones a 750 mil visitantes en cinco años

 El turismo en Bolivia enfrenta una crisis sin precedentes, según alertó María Lourdes Benavides, representante de la Cámara Nacional de Operadores de Turismo (Canotur). En 2024, el número de visitantes extranjeros cayó a 750 mil, lo que representa una drástica disminución frente a los 1,5 millones registrados en 2019.

Esta situación ha generado un impacto significativo en el empleo y en la economía nacional. En 2019, el sector turístico creaba aproximadamente 350 mil empleos directos e indirectos, pero en 2024 esta cifra se redujo a menos de 300 mil. Asimismo, la contribución del turismo al Producto Interno Bruto (PIB) cayó del 4,6 al 2 por ciento, afectando la captación de divisas, que pasó de 828 millones de dólares en 2019 a menos de 700 millones en la actualidad.

De acuerdo con Benavides, varios factores han contribuido al declive del turismo en Bolivia. Los conflictos sociales y los frecuentes bloqueos en las carreteras han perjudicado la percepción de seguridad, un elemento fundamental para los turistas internacionales. A esto se suma el impacto de los incendios forestales en el oriente boliviano, que han afectado la imagen del país como un destino sostenible y atractivo.

“Bolivia está muy golpeada por la falta de seguridad para el viajero”, enfatizó Benavides. En una comparación con México, destacó que, pese a los problemas de inseguridad vinculados al narcotráfico, ese país recibió 28 millones de turistas en 2023.

Otro factor que ha agravado la crisis es la escasez de dólares en el sistema bancario boliviano, lo que ha complicado las transacciones internacionales. Esta situación ha obligado a los operadores turísticos a explorar alternativas como el uso de criptomonedas. Sin embargo, los turistas nacionales también enfrentan dificultades debido a la falta de divisas extranjeras, lo que limita su capacidad para acceder a servicios que requieren pagos en moneda norteamericana.

“El turismo está en terapia intensiva”, advirtió la representante de Canotur, quien hizo un llamado a las autoridades nacionales y a la sociedad para trabajar conjuntamente en la recuperación de un sector que es crucial para la economía boliviana.